Tengo el alma rota,
los ojos húmedos,
el corazón encogido.
Deseo gritar,
¿Pero quién escuchará?
Los tiranos
por un mar de monedas
siguen fustigando,
sin piedad,
la libertad
de sus pueblos.
se dedica a discutir,
izquierda,
derecha,
centro,
ni de aquí, ni de allá.
Yo tengo la verdad, dice uno.
Ah no! Soy yo quien tiene la verdad,
grita otro más fuerte.
Y otros, cobardemente, callan.
Quizá, unos pocos, rezan.
El oro negro,
La codicia,
Los intereses mezquinos
de unos pocos,
gobiernan el mundo.
La compasión,
la fraternidad,
la misericordia,
la solidaridad,
están agazapadas,
o quizá dormidas.
No lo sé.
Entre tanto,
reina la injusticia,
se derrama sangre,
sangre inocente.
Un hombre tortura a otro,
a su propio hermano,
a veces sin saber bien por qué.
Se escucha el llanto,
la desesperación,
la agonía,
la impotencia.
Y los sordos,
solo piden contar votos.
No me pidan que entienda
esta barbarie.
Jaime Borda V
1-agosto-2024
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