Puede sonar como una locura en estos tiempos, pero yo lo siento así. No quiero más progresos científicos, ni tecnológicos, en especial de estos últimos; le han hecho más daño que beneficio a la humanidad. Sin querer ser demasiado radical, admito que seguramente hay varios aspectos en los que la ciencia si debe seguir avanzando o quizá -en cierto sentido- retrocediendo. ¿Qué quiero decir? La ciencia debería ayudarnos hoy por hoy no tanto a encontrar soluciones "modernas" a los cientos de problemas "modernos", sino más bien debería contribuir a que los seres humanos podamos vivir de manera más sencilla, más simple. Dice un adagio popular de nuesto tiempo que "menos es más". Y cuan cierto es!
Los hombres y las mujeres de hoy, en un alto porcentaje, anhelan tener más, siempre más, pero en últimas se olvidan de vivir, y se convierten en personas infelices. Vivimos en una falacia y no nos hemos dado cuenta (o no queremos darnos cuenta); o como diría Chomsky, vivimos alienados y "estupidisados" por los medios de comunicación y por los gobiernos de turno. Creemos ser felices, pero en realidad no lo somos. Sobreabundan las ataduras sutíles, hasta tal punto que -con frecuencia- nos convertimos, casi sin darnos cuenta, en esclavos de nuestros caprichos y de nuestros impulsos.
La humanidad necesita parar en seco y preguntarse: ¿realmente para dónde vamos? Los noticieros siguen informando de catástrofes naturales por doquier, de guerras absurdas aquí y allá, de terrorismo y corrupción, pero pareciera que nada de eso nos impulsa a cambiar el rumbo de la historia. Estamos tan metidos en nuestro pequeño mundo consumista que creemos que esas cosas son "naturales" y que igual sólo les suceden a otros... Es más a veces actuamos como si todas esas tragedias humanas fueran sólo una película que nos pasan por la tele y nada más.
Necesitamos despertar de este letargo. El progreso es una falacia que está acabando con nuestro mundo físico y con nuestro mundo interior. Si no aprendemos pronto a rescatar el segundo, muy difícilmente lograremos salvar el primero. Necesitamos, con urgencia, cambiar -como sociedad- nuestra perspectiva de la vida y tomar conciencia de que el futuro es hoy, ya no es mañana, es hoy. Las actitudes tenemos que cambiarlas ahora, y no dejar esa tarea para cualquier día que no sabemos si llegará. La tierra tenemos que cuidarla y salvarla hoy, mañana puede ser demasiado tarde.
Lo que si podríamos dejar para mañana son las innovaciones tecnológicas, la sed de progreso, de comodidad, de riquezas materiales. Y para hoy, asumamos lo urgente, esto es, repensar el futuro que la humanidad realmente necesita. Y en ese ejercicio, lo verdaderamente importante es contestar, al menos, cinco preguntas: ¿para dónde vamos?, ¿de qué sirve tanto "progreso" en realidad?, ¿nos autodestruiremos irremediablemente?, ¿qué podemos y debemos hacer para cambiar la historia?, ¿es posible construir un mundo mejor?
Y además de contestar(nos) estos interrogantes, tambien es necesario que nos detengamos, bajar la velocidad de nuestras vidas (especialmente en las grandes ciudades), y dejar de pensar tanto sólo en nuestros problemas y enfocar nuestras energías en luchar por el bien común. ¿Quiénse apunta a esta aventura ?
De verdad, anhelo una humanidad libre del progreso... ¿Y tú?
La humanidad necesita parar en seco y preguntarse: ¿realmente para dónde vamos? Los noticieros siguen informando de catástrofes naturales por doquier, de guerras absurdas aquí y allá, de terrorismo y corrupción, pero pareciera que nada de eso nos impulsa a cambiar el rumbo de la historia. Estamos tan metidos en nuestro pequeño mundo consumista que creemos que esas cosas son "naturales" y que igual sólo les suceden a otros... Es más a veces actuamos como si todas esas tragedias humanas fueran sólo una película que nos pasan por la tele y nada más.
Necesitamos despertar de este letargo. El progreso es una falacia que está acabando con nuestro mundo físico y con nuestro mundo interior. Si no aprendemos pronto a rescatar el segundo, muy difícilmente lograremos salvar el primero. Necesitamos, con urgencia, cambiar -como sociedad- nuestra perspectiva de la vida y tomar conciencia de que el futuro es hoy, ya no es mañana, es hoy. Las actitudes tenemos que cambiarlas ahora, y no dejar esa tarea para cualquier día que no sabemos si llegará. La tierra tenemos que cuidarla y salvarla hoy, mañana puede ser demasiado tarde.
Lo que si podríamos dejar para mañana son las innovaciones tecnológicas, la sed de progreso, de comodidad, de riquezas materiales. Y para hoy, asumamos lo urgente, esto es, repensar el futuro que la humanidad realmente necesita. Y en ese ejercicio, lo verdaderamente importante es contestar, al menos, cinco preguntas: ¿para dónde vamos?, ¿de qué sirve tanto "progreso" en realidad?, ¿nos autodestruiremos irremediablemente?, ¿qué podemos y debemos hacer para cambiar la historia?, ¿es posible construir un mundo mejor?
Y además de contestar(nos) estos interrogantes, tambien es necesario que nos detengamos, bajar la velocidad de nuestras vidas (especialmente en las grandes ciudades), y dejar de pensar tanto sólo en nuestros problemas y enfocar nuestras energías en luchar por el bien común. ¿Quién
De verdad, anhelo una humanidad libre del progreso... ¿Y tú?