Para el río no hay tiempo
Ni para la flor,
Ni para la pradera inmensa,
Ni para el corcel,
Ni siquiera para la oruga existe,
sin afanes, ella vive su momento.
Para la naturaleza entera no hay tiempo,
no hay un reloj que marque los segundos,
Sólo existe el aquí y el ahora.
No obstante, el reloj marca inexorable
cada segundo, cada minuto, cada hora.
La madre tierra no lo sabe, pero lo siente.
A los hombres se nos acaba el tiempo,
lo sabemos, pero no lo entendemos.
Agua, aire, verde,
suelo fértil,
bosques, ríos, mares indefensos.
No saben, pero sienten;
Tú y yo lo sabemos,
¿y qué hacemos?
Jaime Borda (Dono)
30/enero/2021