7 de agosto de 2014

A mirar con optimismo

Debo admitir que no es fácil enfrentar el futuro cuando te parece que todas las puertas están cerradas, que tus fuerzas son limitadas y que no tienes claro nada de lo que puedes hacer. 

En medio de estas circunstancias que ahora me rodean y casi me abaten, vuelvo a leer justamente el pensamiento de mi última entrada en este blog, que me ha resultado providencial: "(...) todo lo que llega, lo que sucede, lo que nos rodea y también todo lo que nos hace sufrir, tenemos que saber leerlo como voluntad de Dios que nos ama, o como una permisión suya, en la que nos sigue amando". 

¿Cómo no creer? Sí, quiero creer. Nada es imposible para Dios. Jesús hizo de unos pobres pescadores sus apóstoles, las piedras siempre vivas que fueron y siguen siendo la base fundamental de su Iglesia. ¿Por qué no va a poder hacer de mí una persona diferente? 

Aún me cuesta pensar en positivo todo el tiempo, pero me he propuesto mejorar en este aspecto cada día un poco más. 

A propósito de mis ideas, un amigo me ha escrito recientemente una frase de Henry Ford que dice así: "Tanto si piensas que puedes, como si piensas que no puedes estás en lo cierto". Por lo tanto, lo mejor es pensar, sin titubear, SI PUEDO, SÍ PUEDO, SÍ PUEDO!!!

Tranquilidad interrumpida. Cuento.

    La tranquilidad interrumpida Era el último sábado de marzo, por la tarde, cuando sonó, tímidamente, el timbre de su apartamento...