Ante la incertidumbre que ahora nos asecha y nos circunda no cabe gastar mucho tiempo pensando en el futuro. No sabemos si el mañana llegará. Tenemos sólo el hoy y debemos gastarlo bien. Al menos hacer todo lo posible. Que cuando llegue la noche no tengamos nada de que arrepentirnos y más bien sí algo para ofrecer entre las manos.
Aunque no sea la primera pandemia que afecta al mundo sin duda es la que más fronteras ha derribado. El mapa que puede verse por internet cada día es una clara evidencia de ello. Y todavía no sabemos ni por casualidad hasta cuándo viviremos bajo estas circunstancias tan únicas y particulares.
A más de uno todo esto nos produce miedo e impotencia. Necesitamos aprender a convivir con ello. No es fácil. Es un miedo que se adiciona a otros que podamos traer encima. Tenemos fundamentalmente dos caminos: o sucumbimos al miedo y nos deprimimos o procuramos hacerlo a un lado y ver cada día como una oportunidad para ser mejores, para ensanchar el afecto con aquellos que queremos.
Al día de hoy, 7 de agosto de 2020, hay 19.294.314 casos confirmados, 12.370.843 personas recuperadas y 719.314 seres humanos muertos. Estos datos, que pueden variar a cada minuto, están tomados de la página web de
co.marca.com. Detrás de estas cifras hay historias que la mayoría desconocemos. En lo que a mi respecta el coronavirus, este diminuto enemigo, se ha llevado ya a dos personas muy cercanas y a un hermano de un amigo mio.
Pero no sólo preocupan las cifras de contagios y de muertes. También están los efectos en la economía que según varios analistas serán peores que los causados por la gran recesión económica de 1929 y cualquier otra que el mundo haya sufrido hasta ahora. No son pocas las empresas que han quebrado en este tiempo y ni que decir de la cantidad de personas que han perdido sus empleos. Y aunque muchos quieren creer que la economía mundial podrá empezar a recuperarse en el 2021, aún el panorama es muy incierto. La realidad es que los contagios siguen en aumento al igual que las muertes causadas por el COVID-19. En los países de América Latina las cifras van en ascenso y no obstante los esfuerzos (?) de los gobiernos por controlar la pandemia ésta no muestra signos reales de des-aceleración.
¿Cuándo volveremos a la "normalidad"? Es una pregunta que flota en el ambiente, para la cual no hay una respuesta verdadera. ¿Cómo detener el coronavirus? Dicen que además de "quedarnos en casa" y "usar el tapabocas" y "lavarnos las manos con frecuencia", la única solución es una vacuna que todos esperamos ansiosamente que salga a la luz y detenga por fin la propagación del virus. Pero aún no hay fecha fija para esto.
Lo único cierto quizá es que la historia del coronavirus nos acompañará por varios meses más. Debemos aceptar que el final no está cerca no sólo en cuanto a los contagios se refiere, sino también en cuanto a los efectos que esta pandemia puede tener a mediano y largo plazo.
Por ahora estamos en las manos de los científicos y de los gobiernos. Pero también dependemos de nosotros mismos, de las precauciones que tomemos para cuidarnos y, por supuesto, de Dios que, aunque no podamos entenderlo, sigue guiando la historia de la humanidad.