Sin luna y sin estrellas.
Todo parece ir en caída hacia el abismo.
No hay ilusión, no hay futuro.
Cada mañana te preguntas
¿Por qué sigo aún vivo?
Las respuestas saltan a la vista,
pero no las quieres ver.
No saltan lágrimas porque ya no hay tristeza.
La confusión ha echo de tu corazón su casa.
No ves, no oyes, no entiendes.
Llamas a la paz, pero ella aún no viene.
Dios guarda silencio desde la inmensidad.
O tu alma sorda y muda no logra escucharlo.
Otra pregunta te aprisiona: ¿Hasta cuando?
Salta una respuesta: no preguntes más.
De pronto brilla una luz.
Hoy es todo lo que tienes.
No preguntes más.
Ama, aunque no entiendas nada.
Jaime Borda V
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