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Para los más desventajados y vulnerables, los modelos construidos y ofrecidos por los medios de comunicación son –en muchos casos- inalcanzables, lo cual puede generar conflictos internos y externos, e incluso cierta frustración ante lo imposible. O también puede suceder que para estos chicos y chicas lo más importante sea el conseguir dinero, de cualquier manera, antes que estudiar, porque para ellos o ellas el encajar con esos modelos de consumo y el estatus socioeconómico que representan, tiene más valor que el estudio, el cual no sólo requiere un mayor esfuerzo sino que sus frutos –no siempre seguros, y menos en estos tiempos de crisis- pueden verse sólo a largo plazo. Esto es particularmente cierto para los/las estudiantes de origen latinoamericano ya que, como lo veremos en el capítulo siguiente, la cultura de estos países está profundamente marcada por la televisión y los modelos culturales que la misma ofrece.
Dos aspectos, quizá poco analizados, que, en nuestra opinión, relacionan a los medios de comunicación, especialmente a la televisión, con el abandono y el fracaso escolar son: el número de horas, por una parte, y el tipo de programas que ven los chicos y las chicas, por otra. En cuanto al tiempo de exposición todos los estudios muestran una correlación negativa entre las horas que una persona pasa frente al televisor y sus logros académicos: a más horas, peores resultados (Van Evra, 2004; Del Río, Álvarez & Del río, 2004). Estos estudios coinciden en señalar que los efectos adversos de esta exposición se suelen notar cuando se superan las 4 horas por día o las 28 a 30 horas por semana. En cuanto a los contenidos, también existen evidencias de una correlación negativa entre la exposición continuada a programas no educativos y el desempeño escolar, especialmente en lenguaje y matemáticas (Del Río et al., 2004).
Diversas investigaciones -desarrolladas sobre todo en los Estados Unidos- muestran que “muchos niños (y/o niñas) pasan más tiempo frente a un televisor que en el colegio” (Van Evra, 2004), y mientras más horas gasten viendo televisión, más apatía pueden generar hacia los asuntos de la escuela (Morgan, 1993, citado por Van Evra, 2004) y esta apatía puede llevar, en últimas, al fracaso o al abandono. Muy seguramente, un adolescente, si no tiene un adecuado control de los padres, prefiere sentarse a ver un programa cualquiera que sentarse a estudiar o a hacer, por ejemplo, la tarea de matemáticas. Y cabe preguntarse: ¿Qué tipo de programas ven? ¿Con qué criterios los escogen? ¿Están en capacidad de juzgar el contenido de los programas? ¿Qué pueden aprender de útil para la vida a través de ellos? ¿Influye o no lo que ven en su desempeño académico?
Hoy por hoy la imagen televisiva, el internet y otros medios audiovisuales son todo un reto para la escuela y, en particular, para los docentes. En relación con esta problemática, Marchesi & Pérez (2003) señalan que “la sociedad audiovisual en la que está inmerso el alumno condiciona su atención y reduce el atractivo del texto escrito en el que se basan la mayoría de los aprendizajes escolares. Además, los profesores pueden tener dificultades para adaptar su enseñanza a las nuevas generaciones, más atraídas por la información audiovisual e informática”. Por otra parte, L. N. Her (2008) no duda en afirmar que el internet y la televisión son factores significativos de distracción que influyen en el rendimiento académico de muchos estudiantes.
Por todas las razones aquí expuestas, creemos que efectivamente la televisión, el internet y, en general, los medios de comunicación, constituyen un factor que puede incidir, de una u otra manera, en las historias de fracaso escolar, y por ello lo hemos incluido en este estudio. Cabe anotar, claro está, que el grado de influencia está mediado por otros factores, en nuestra opinión más decisivos, como es el caso del acompañamiento de los padres y del capital cultural de la familia.
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Her, L. N. (2008). Making
sense of academic failure. A dissertation submitted to the School of
education and the committee on graduate students. Stanford University. UMI.
DeL Río, P.; Álvarez, A. & Del Río, M. (2004). Pigmaleón: Informe sobre el impacto de la televisón en la infancia. Madrid. Fundación Infancia y Aprendizaje.
Van Evra, J. (2004) Television and child development. 3rd
edition. Mahwah, London. Lawerence Erlbaum.DeL Río, P.; Álvarez, A. & Del Río, M. (2004). Pigmaleón: Informe sobre el impacto de la televisón en la infancia. Madrid. Fundación Infancia y Aprendizaje.
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