Faltó un pan
Faltó un pan, al menos uno;
faltó un vaso de leche, al menos uno;
faltó caridad, faltó misericordia;
faltó bondad, faltó un grito;
sobró ignorancia, sobró egoísmo.
Murió Gabriel, sin haber vivido.
De hambre, murió de hambre,
aunque había trigo y leche y miel,
seguro que había, seguro que sí,
en alguna casa, en alguna mesa,
a pocos metros de su estomago vacío.
Nadie, o casi nadie, alzó la voz.
Lo supe y callé...
Inocencia pura que vino y se fue,
dejando a una madre
vulnerada y vulnerable,
con un cuerpo entre sus brazos,
con un silencio herido,
con la impotencia encendida,
con un mar de dudas,
de lágrimas calladas.
Faltó un pan, al menos uno;
faltó un vaso de leche, al menos uno;
faltó caridad, faltó misericordia;
faltó bondad, faltó un grito;
sobró ignorancia, sobró egoísmo;
en tantas mesas, en tantas casas, en tantas calles,
sobran manjares, sobra indiferencia.
Gabriel se ha ido,
y el mundo sigue andando, a la deriva,
ciego, sordo y mudo.
Jaime Borda
4-dic-2020
No hay comentarios:
Publicar un comentario