He aprendido en estos días que cuando respondemos a la ira con ira y a las ofensas con más ofensas terminamos causando heridas muy profundas, heridas que no se sanan sólo con pedir perdón y menos cuando el otro es incapaz de perdonarnos, por la razón que sea. Es necesario ir mucho más allá. Es necesario perdonar en nuestro corazón (no hay necesidad de que el otro lo sepa), cambiar nuestra actitud y amar de verdad, amar a fondo perdido, sin esperar nada, nada, nada del otro...
14 de junio de 2013
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
¿Quo vadis?
Mientras camina, balbucea algunas palabras inteligibles porque, a pesar de haber tantas, no encuentra aquellas que le permitan decir lo que ...
-
Mi origen, ni siquiera fue el día de mi concepción. Es más lejano, mucho más lejano. Antes de llegar a este mundo, cientos de vidas se cruz...
-
Llevo varios días con el alma en vilo, por un motivo que parece lejano y ajeno a mi “cómoda” existencia, pero que me afecta y no lo puedo ev...
-
En medio del debate suscitado por las declaraciones de la congresista Susana Boreal, quien afirmó que los colegios son una forma de violenci...
No hay comentarios:
Publicar un comentario