Este es un pensamiento que vale la pena leer una y otra vez hasta cuando logremos hacerlo vida en nosotros mismos. Para mí es un pensamiento con una fuerza y una profundidad impresionantes. Seguro que si lo ponemos en práctica encontraremos la verdadera alegría y la verdadera paz que a veces buscamos tan afanosamente.
La voz de Dios:
"¿Quieres aprender a amar? ¿A amar a Dios y, por él, a
los hermanos?
No esperes un instante más, no lo piensas demasiado, no
te quedes en el deseo de amar, sino ama enseguida en el momento presente.
Es que amar significa hacer enseguida, ahora ya, en este minuto, la voluntad de
Dios, no la tuya.
La vida no está hecha más que de momentos presentes y
valen aquellos donde alguien quiere hacer algo. Lo que cuenta es el presente, el instante que huye, que
para mí, para ti, para nosotros tiene que ser pescado al vuelo y vivido bien,
hasta al fondo, haciendo en él lo que Dios quiere de nosotros: estudiar,
caminar, dormir, comer, sufrir, gozar, jugar...
Aprende a escuchar la voz de Dios en lo profundo de tu
alma, la voz de la conciencia: ella te dirá lo que Dios quiere de ti en cada
momento. ¿Andas mal con tu prójimo? “Está atento – nos
dice la conciencia -, tienes que amar a todos, incluso a los
enemigos...”. ¿Querrías saltar en la hora de estudio? “Está
atento – te dice la voz de la conciencia -, jugarás con más alegría
después si ahora haces perfectamente tu deber”. Y lo mismo en otras
ocasiones.
Vivamos bien lo que Dios quiere en el momento presente.
Entonces, así como un punto junto a otro punto hacen una recta, un momento junto
a otro momento hacen la vida".
Chiara Lubich – Volver al presente pp 90/91
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