Señor,
Estamos a punto de cerrar otro año en nuestras vidas...
Ha sido un año, para mí, cargado de experiencias, de aprendizajes,
y de esos momentos -buenos y no tan buenos- que, uno a uno, han
dibujado la vida.
He sido más consciente de mi fragilidad y he sentido más de cerca
Tu Misericordia.
He cometido, como siempre, muchos errores, pero también he logrado
tener buenos aciertos y pequeños grandes triunfos.
No he sido siempre fiel a tu palabra, y en cambio,
Tú has seguido a mi lado, acompañándome, salvándome,
fortaleciéndome...
Ahora simplemente quiero ponerte este año en tus manos,
para que en mis recuerdos sólo quede lo mejor de este tiempo.
Y otro año está por llegar Señor,
lleno de
esperanzas, de buenos deseos y de ilusiones.
Sin embargo, esta vez no quiero quedarme en los buenos deseos,
ni en propósitos que se evaporan apenas vuelve a brillar el sol de
marzo.
Sólo quiero vivir cada día en tu presencia,
con la certeza de que Tú estas conmigo,
y por tanto, todo lo que suceda será para mi bien.
Y así como pueden visitarme los fracasos,
también me visitarán los triunfos y las alegrías.
Así como puede visitarme el dolor,
también me visitarán las sonrisas y los gozos, seguro que
sí.
Así como pueden visitarme las carencias,
también me visitarán Tu providencia y Tu prosperidad.
Así como puede visitarme el desánimo,
también me visitarán Tu abrazo y Tu consuelo.
Y así como puede visitarme la oscuridad,
también me visitarán Tu Voz y Tu Luz, seguro que sí.
Y en todos los momentos estarás Tú...
Y cada día será una nueva oportunidad
para agradecer, para renovar mi fe,
para dar y recibir amor,
para dar y recibir felicidad.
Seguro que sí, así será.
Jaime Borda
V.
31 de
Diciembre de 2016
¡Feliz Año 2017!