2 de enero de 2022

La edad no importa

 Este año, 2022, cumpliré la "tierna" edad de 55 años. El 2021 estuvo lleno de retos y de oportunidades que colmaron mis días de una forma única. Me hice independiente a tiempo completo y me sentí mucho mejor conmigo mismo. No obstante, el esfuerzo no siempre dio los frutos económicos que yo esperaba y deseaba. A eso contribuyeron muchas cosas: el tipo de trabajo que hago no es muy bien pago en Colombia, la bendita procrastinación (ahora estoy trabajando en eso), me desanimaba cada vez que mi cuenta bancaria volvía a estar en el límite, me faltó organizar mejor mi trabajo y me dejaba distraer por cosas sin mayor importancia (de nuevo, la procrastinación). Pero todas esas fallas son un insumo para aprender y hacer cada cosa mejor de ahora en adelante. 

Entre las subidas y bajadas propias de la vida, puedo decir que sin duda alguna el 2021 fue un buen año. De verdad que sí. Hay testigos de que así fue, empezando, antes que nada, por mi bella esposa y mis tres adorables hijos que sufrieron más de una vez mi falta de organización y mi "semi-adicción" al trabajo. Pero hubo resultados tangibles. Gracias a eses trabajo duro pudimos darnos una vacaciones a mitad de año en Coveñas y poco antes de terminar el año puede darme el gusto de invitarlos a un buen restaurante (no de lujo, solo un buen restaurante) a comer algo diferente y fui yo quien pudo pagar la cuenta. Eso se siente bien, sobre todo cuando no has podido hacerlo en más de una década (creo que no exagero diciendo esto).

¿Y ahora qué? El 2022 se abre con más incertidumbre que el 2021, pero con un montón de ideas para llevar a cabo por mi cuenta, más allá del trabajo que desarrollé durante el año que acaba de terminar; asesorías de tesis, corrección de estilo, redacción de contenido, coordinar la elaboración de contenido de un curso virtual sobre liderazgo e inteligencia emocional, algunas clases particulares de inglés y matemáticas, reescribir un par de tesis... Y lo mejor, todas las personas a las que apoye en sus proyectos quedaron satisfechas y más de una elogió mi trabajo. Eso se siente realmente bien y pesa más que lo poco o mucho que haya ganado económicamente en cada encargo. Aprendí a creer en mí mismo, en mis capacidades, en mi potencial. Aprendí que aunque haya retos para los que no me sienta preparado, con coraje, optimismo, perseverancia y fe en Dios y en mí mismo, puedo salir adelante. 

Por ahora, no hay nada fijo a la vista, pero sé que llegará. Y además, están esos proyectos aplazados que quiero concretar en el 2022. No los escribo aquí porque la vida, ahora más que nunca, te puede deparar tantas sorpresas y no quiero sentirme frustrado en algún momento por no cumplir todos mis objetivos. Pero los tengo ya anotados. El primero, si lo voy a escribir aquí porque ya he empezado a trabajar en ello: superar la procrastinación, mejorar la autodisciplina y volverme más productivo.

Sé que la edad no importa para tener nuevos sueños y luchar por ellos. Historias que lo verifican hay más de una. Hay nombres legendarios en esta lista: Harland D. Sanders (el fundador de KFC), Ray Kroc (el que expandió McDonald's), Louise Hay (reconocida escritora y conferencista sobre temas de autoayuda). Pero hay ejemplos quizá menos conocidos y más contemporáneos, como los reportados en la página web de ARRP, en un post titulado: "Ricos después de los cincuenta", donde cuenta las historias de personajes que no ocupan primeras planas, pero que han encontrado un camino de autorrealización y de gran bienestar económico después de los cincuenta. La lista presentada en ese artículo incluye los siguientes personajes: Franny Martin, creó un negocio de distribución de galletas a los 56 años; Jeffrey Nasch, creo un caminador para bebés a los 56 años; Carol Gardner, creo una marca novedosa de tarjetas de felicitación (Zelda) a los 52 años; Mary Tennyson, diseñó una cartera especial para personas mayores que necesitan usar caminador, a los 68 años; y otras más, (puedes ir al sitio web que te indiqué antes y seguir leyendo). 

Si quieres conocer a otras personas que han cumplido sus sueños después de los cincuenta te invito a leer este artículo de "El Tiempo": ¡Nunca es Tarde! 

Subrayo que la meta no es hacerme rico, sino ser mejor cada día y afrontar con optimismo y entusiasmo cada nuevo reto que se me presente. 

En síntesis, la edad no importa, sólo basta tener un sueño, una ilusión para levantarte cada día y decir: "Hoy será un gran día". Yo lo creo, de verdad. Si tienes una experiencia similar a estas, sería genial que la compartieras en los comentarios de esta entrada. 

Gracias por leerme. Y ¡UN FELIZ Y PRÓSPERO AÑO 2022!


      

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Alcanza tu propósito en tres etapas

   Y ahora vamos con el segundo video de Robin Sharma.  Podría mejor no hacerlo, pero no, he decidido compartir este “minicurso” que está da...