28 de agosto de 2023

Sin tiempo, sin tierra

 Nueva versión 



Sin tiempo, sin tierra

Para el río ya no hay tiempo

Ni para la flor,

Ni para la pradera inmensa,

Ni para el corcel, ni para el delfín

Ni siquiera para la oruga,

Ella también siente la destrucción cotidiana

Y aunque llegue a volar,

Ni el aire que la elevará,

ni la hoja que la sostendrá,

son lo que solían ser.

Para la naturaleza entera no hay tiempo,

El reloj angustiado,

hacia el punto cero, marca los segundos.

Podríamos salvarla, aquí y ahora,

Pero más fácil es seguir caminando

En la misma absurda dirección,

Que afrontar la avasalladora realidad.

¿Acaso son mentira las sequias, las lluvias torrenciales?

El reloj sigue su marcha, con un grito ahogado,

Pero constante,

cada hora, cada minuto, cada segundo.

La madre tierra, la pacha mama,

lo sabe, lo siente, lo sufre y llora.

A los hombres se nos acaba el tiempo,

A ti y a mí, se nos acaba el tiempo;

lo sabemos, pero no lo asumimos.

Agua, aire, todos los verdes,

El suelo fértil, el que aún queda,

Bosques, desiertos, ríos, mares,

Selva, llano, y páramo.    

No saben, o quizá sí,

Y lo sienten, seguro que sí;

Nos están gritando que el tiempo se agota.

Tú y yo lo sabemos, ¿y?

28/agosto/2023

 Jaime Borda Valderrama (Donoval)

10 de agosto de 2023

Los desaparecidos

Dedicado, con profundo y sincero afecto

a los que siguen aguardando con amor y esperanza.


Ya no están. 

Se han ido. Sin despedirse.

Alguien, no sabemos quién,

segó sus vidas.

No supimos las razones.

Alguien, no sabemos quién,

Se abrogó el derecho

de callar sus voces.


Silencio.

Estremecedor silencio.

Incomprensible, inconmensurable.

Nadie sabe nada.

Solo esta el espacio vacío

a la espera de sus pasos,

su sonrisa, su dolor,

sus historias, sus sueños.

Mas solo entra la nada,

y ocupa el espacio infinito de la pena,

vuelan una y otra vez los recuerdos,

y la desesperación.


El padre, el hijo, el esposo.

La madre, la hija. la esposa.

Alguien, no sabemos quién,

mucho menos el por qué...

Decidió, por razones oscuras, salvajes, despiadadas;

incomprensibles para el que ama y espera;

callar su voz, sus ojos, sus corazones.


Silencio,

Estremecedor silencio.

El amor vuelve entre lágrimas a gritar.

Mas no hay eco, nadie responde.

No hay cuerpo, ni aliento, ni una palabra.

¿Qué vieron o escucharon en su último minuto?

¿Cuál sería su última oración, su último deseo?

Silencio.

  

La verdad inadmisible es: se han ido.

Mas ¿Cómo aceptarla?  

¿Con qué derecho nos arrebataron el futuro?

Silencio, más silencio.

Esperamos, más allá de toda lógica,

 que sus pasos vuelvan a pisar la casa.

Silencio... 

Una daga profunda nos sacude cada día.


Habrá otras plazas de mayo, 

exigiendo la verdad.

Mas, tantas veces, solo encontraremos 

el silencio y el llanto compartido.

Y, finalmente, finalmente,

si en este mundo, la luz no brilla para ellos,

ni para los que anhelan su regreso,

solo queda esperar, desgarradamente,

que el cielo un día nos abra las puertas,

y allí, solo allí, por fin abrazarlos.

Jaime Borda V. 
10 de agosto de 2023

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Alcanza tu propósito en tres etapas

   Y ahora vamos con el segundo video de Robin Sharma (son cuatro en total).  Podría mejor no hacerlo, pero no, he decidido compartir este “...