18 de junio de 2019

La magia de las palabras


Estoy leyendo por estos días "Ensayo sobre la Ceguera", de José Saramago. Una evidencia incuestionable de por qué le dieron el Premio Nobel de Literatura (en 1998). En medio de la historia que cuenta, sobre la terrible experiencia que puede llegar a ser el quedarse ciego, así de repente, sin ninguna explicación y que todas las personas, poco a poco y luego más rápidamente se vayan quedando ciegas como una espantosa epidemia, pero sin causa ni cura conocida. ¿Qué pasaría si algo así sucediera a toda una ciudad o un país? Esa es la gran pregunta que José Saramago responde en este "Ensayo". En las 439 páginas de la edición que estoy terminando de leer hay muchas verdades sobre la condición humana que vale la pena revisar, cuestionar y tomarlas como punto de partida para una honda reflexión filosófica, social y cultural.

Entre las muchas cosas que expresa este autor, de manera magistral y única, hay una página que me ha cautivado especialmente. Después de un corto diálogo entre tres mujeres -desnudas- que están lavando ropa y recibiendo un fuerte chapuzón de agua sobre sus cuerpos, Saramago nos expone un luminoso pensamiento:

"Las palabras son así, disimulan mucho, se van juntando unas con otras, parece como si no supieran a dónde quieren ir, y, de pronto, por culpa de dos o tres, o cuatro que salen de repente, simples en sí mismas, un pronombre personal, un adverbio, un verbo, un adjetivo, y ya tenemos ahí la conmoción ascendiendo irresistiblemente a la superficie de la piel y de los ojos, rompiendo la compostura de los sentimientos, a veces son los nervios que no pueden aguantar más, han soportado mucho, lo soportaron todo, era como si llevasen una armadura, decimos, La mujer del médico tiene nervios de acero [*vaya si los ha tenido*], y resulta que también la mujer del médico está desecha en lágrimas por obra de un pronombre personal, de un adverbio, de un adjetivo, meras categorías gramaticales, meros designativos, como lo están igualmente las dos mujeres, las otras, pronombres indefinidos, también ellos llorosos, que se abrazan a la de la oración completa, tres gracias desnudas bajo la lluvia que cae..."

Unas líneas absolutamente exquisitas... ¿o no?

Alcanza tu propósito en tres etapas

   Y ahora vamos con el segundo video de Robin Sharma (son cuatro en total).  Podría mejor no hacerlo, pero no, he decidido compartir este “...