14 de diciembre de 2012

Han desalojado a Jesús



Un texto de Chiara Lubich, a propósito de la Navidad...

Se acerca la Navidad y las calles de la ciudad
se cubren de luces. 

Una hilera interminable de locales comerciales,
una riqueza exqusita, pero exorbitante. 

A la izquierda de nuestro auto, 
se destacan una serie de vitrinas porque, detrás del vidrio, 
está nevando graciosamente: ilusión óptica
Además, niños y niñas en trineos tirados por renos y animalitos estilo Walt Disney, papás Noel, cervatillos, liebres,
ranas y enanos rojos...

Todo se mueve con gracia. ¡Ah!, ¡hay unos angelitos!
Pero ¡no!... ¡son hadas! 

¡La última novedad! hadas que adornan el paisaje nevado. 
Un niño, en puntas de pie, observa deslumbrado,
en compañía de
sus padres. 

En mi corazón, en cambio, siento al principio incredulidad y luego rebelión:
¡Este mundo rico se ha adueñado de la Navidad
y de todo lo que la rodea, 

y ha desalojado a Jesús!

De la Navidad ama la poesía, el ambiente,
la amistad que suscita, los regalos que sugiere,
las luces, las estrellas, los villancicos…
Navidad le interesa porque
es uno de los mejores negocios del año.
Pero ni se le ocurre pensar en Jesús.

“Vino a los suyos y no le recibieron…”
“No había sitio para Él en la posada…”, ni siquiera en Navidad.

Por la noche no pude dormir.
Este pensamiento me mantuvo despierta.
Si naciera de nuevo haría muchas cosas.
Fundaría una Obra al servicio de la Navidad
para todos los hombres de la tierra.
Haría imprimir las postales más bellas del mundo.
Fabricaría estatuas y estatuillas con el arte más refinado.
Grabaría poesías, canciones del pasado y del presente,
ilustraría libros para niños y adultos
sobre este “misterio de amor”,
escribiría guiones de teatro y de cine. No se lo que haría…

En este momento le estoy agradecida a la Iglesia
que ha salvado las imágenes.
Cuando años atrás, estuve en un país
en el que dominaba el ateísmo, conocí un sacerdote que esculpía ángeles
para recordarle el cielo a la gente.
Hoy lo comprendo mejor.
Es lo que se requiere ante el ateísmo práctico
que actualmente invade el mundo por todas partes.
¡Que dolor produce esta apropiación de la Navidad
y el desalojo de Jesús recién nacido!
¡Que al menos en nuestras casas se diga
a viva voz Quién es el que ha nacido,
festejándolo como nunca. 


Tomado de:
Lubich, Chiara (1997). Navidad. Ed. Ciudad Nueva. págs. 51-53

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