1 de octubre de 2012

Desde el alma...

Hay ciertos días en que descubro que delante de Dios es bueno guardar silencio para que Él llene por fin la copa vacia de mi alma. Es un sueño que a veces se dilue en medio de la vertiginosa carrera que nosotros mismos llegamos a imponernos. Pero yo no pierdo la esperanza porque guardo la certeza de ese Amor que un día encontré allí en ese Ideal dónde Él ancló mi alma y mi corazón.
 

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