¿Crees algo pero después lo dudas? ¿Sientes tu mente dispersa, tu corazón fragmentado tratando de mantener tu integridad?
¿Cómo lograr que los enfrentamientos interiores den paso a una armonía generadora de paz?
ORACIÓN PARA LA UNIFICACIÓN
Cuando creo haber amado y odiado al mismo tiempo a una persona,
te miro, Cristo en la cruz, y te digo: eres Tú, Señor, mi único bien.
Si me sorprendo corriendo en dirección contraria a mi meta,
me detengo y busco tu mirada respondiéndote: eres Tú, Señor, mi único bien.
Tras aceptar ideas que contaminan mis convicciones,
me vuelvo a ti y te repito: eres Tú, Señor, mi único bien.
Al fallar a compromisos que había asegurado mantener, vuelco
mi arrepentimiento a tus pies y te susurro: eres Tú, Señor, mi único bien.
Cuando traiciono a las personas a las que amo,
me enfoco en tu corazón, diciéndote: eres Tú, Señor, mi único bien.
Si algo me lleva a dudar de Ti,
mi esperanza clama: eres Tú, Señor, mi único bien.
Sí, Señor Jesús, eres Tú mi único bien.
Por eso te abrazo en la cruz
dejando que tu amor libere y purifique mi corazón,
para encontrar en Ti la comunión y la paz.
Unifica en Ti, Amor infinito,
mis pensamientos, sentimientos, afanes, acciones, palabras.
Unifícame en Ti, Señor, mi único bien.